RESECCION DE QUISTE TIROGLOSO

Los quistes y fístulas cervicales son el resultado de la persistencia de restos embrionarios del cuello que, en su momento, debieron desarrollarse y convertirse en diversas estructuras, tales como huesos, ganglios, glándulas, etc., y no lo hicieron. En su evolución dan lugar a infecciones de repetición y pueden crecer y comprimir estructuras vecinas, planteándose, entonces, su tratamiento quirúrgico. Su malignización es rara, aunque posible.

Pueden ser de tres tipos: centrales, también llamados de la línea media o tiroglosos; laterales o branquiales; y auriculares.

Habitualmente, este tipo de intervención se realiza bajo anestesia general. Se practica una incisión en la piel de la cuello donde se encuentra localizado el quiste o la fístula. Una vez localizado, se extirpa en su totalidad, siendo necesario, en ocasiones, eliminar parte de las estructuras vecinas.

Estos quistes pueden estar en relación con los grandes vasos y nervios del cuello. Tras la intervención, sobre todo en los quistes de la línea media, es frecuente la aparición de molestias al tragar, durante los primeros días. El paciente podría llevar uno o más tubos de drenaje en el cuello, durante unos días.

En algunos casos, cuando ha habido infecciones repetidas, se han drenado previamente, o cuando haya varios trayectos fistulosos, estos quistes son difíciles de extirpar por lo que, en ocasiones, pueden reproducirse.